“Andando Jesús junto al mar de Galilea, vio a dos hermanos, Simón llamado Pedro, y Andrés su hermano que echaban la red al mar, porque eran pescadores.
Y les dijo: Venid en pos de mí, y os haré pescadores de hombres.” San Mateo 4. 18-19
Jesús comienza su ministerio de predicar a Palabra de buenas novas de salvación. Pondría él anúnciala solo o convocar ángeles, pero él escogió hombres simples; personas comunes para llevar la mensaje. Él conocía a habilidad de aquellos hombres, su capacidad, su voluntad para a pesca y aprovecha sus talentos naturales y os capacita para la obra que los había llamado.
“Venid en pos de mí, y os haré pescadores de hombres”
Jesús estaba diciendo a los hombres simples que pondrían usar sus talentos para a gloria de Dios. Sus habilidad con la red, su paciencia en esperar el momento cierto para echa, la capacidad de conocer los peces etc. Todo pondría ser aplicado para a obra de evangelización.
De la misma forma, desea usar nuestros talentos, sea o que sea. No importa o que hacemos, Él invita a seguirlo para llevar a buenas nuevas de salvación al el mundo perdido.
No existe para Dios nadie despreciable. En oír su llamado y seguir, nosotros haremos diferencia en este mundo. Hay muchos sin esperanza; sin salvación; sin conocer a Dios. Entonces cómo los discípulos debemos dejar todo y hacer la voluntad de Dios. Porque su voluntad es buena, perfecta y agradable. Amén.
Magda Florencio Mota Zamorano/Madrid 29/07/10
Y les dijo: Venid en pos de mí, y os haré pescadores de hombres.” San Mateo 4. 18-19
Jesús comienza su ministerio de predicar a Palabra de buenas novas de salvación. Pondría él anúnciala solo o convocar ángeles, pero él escogió hombres simples; personas comunes para llevar la mensaje. Él conocía a habilidad de aquellos hombres, su capacidad, su voluntad para a pesca y aprovecha sus talentos naturales y os capacita para la obra que los había llamado.
“Venid en pos de mí, y os haré pescadores de hombres”
Jesús estaba diciendo a los hombres simples que pondrían usar sus talentos para a gloria de Dios. Sus habilidad con la red, su paciencia en esperar el momento cierto para echa, la capacidad de conocer los peces etc. Todo pondría ser aplicado para a obra de evangelización.
De la misma forma, desea usar nuestros talentos, sea o que sea. No importa o que hacemos, Él invita a seguirlo para llevar a buenas nuevas de salvación al el mundo perdido.
No existe para Dios nadie despreciable. En oír su llamado y seguir, nosotros haremos diferencia en este mundo. Hay muchos sin esperanza; sin salvación; sin conocer a Dios. Entonces cómo los discípulos debemos dejar todo y hacer la voluntad de Dios. Porque su voluntad es buena, perfecta y agradable. Amén.
Magda Florencio Mota Zamorano/Madrid 29/07/10